¿Qué es la línea vertical?
Ser cada vez menos hasta
llegar a un vacío absoluto,
hasta llegar al
punto de no ser nadie.
Solo una firma, pero ni
siquiera en la arena, sino en el agua:
antes de terminarla, ya ha desaparecido.
El hombre de la línea vertical es el auténtico sannyasin que es inmensamente feliz de no ser nadie;
inmensamente feliz de su pureza interior de vacío,
porque solo el vacío puede ser
puro;
absolutamente satisfecho de su desnudez,
porque solo la nada puede estar
en armonía con el universo.
Cuando se produce esta armonía con el universo, en cierto sentido, dejas de ser.
En el sentido antiguo, ya no
existes pero eres, por primera vez, todo el universo.
Incluso las estrellas
lejanas están dentro de ti;
tu vacío puede contenerlas.
Las flores, el sol y la
luna...
y toda la música de la
existencia.
Ya no eres un ego,
tu «yo» ha
desaparecido.
Pero no significa que
desaparezcas.
Al contrario, cuando
desaparece tu «yo»,
apareces por primera vez.
Estar sin la sensación de «yo»,
sin la sensación del ego,
sin pedir nada más,
produce un
enorme éxtasis.
¿Qué más puedes desear?
Tienes la nada.
Y sin conquistarlo,
te has
convertido en todo el universo.
Entonces los pájaros no solo cantan en el exterior.
Aparentemente están afuera porque es este cuerpo quien crea la
barrera.
En la línea vertical cada vez eres más consciencia y menos cuerpo.
Desaparece toda la
identificación con tu cuerpo.
En la nada, los pájaros estarán en tu interior;
estas flores, estos árboles y esta hermosa mañana estarán en tu interior.
De hecho, el exterior no
existe.
Todo se ha vuelto tu visión.
Y no puede haber una vida más rica que cuando todo está en tu interior.
Cuando el sol y la luna y
las estrellas y la infinitud del tiempo y el espacio están en tu interior...
¿Qué más puedes pedir?
Este es exactamente el
significado de iluminación:
tu ego es
tan inexistente que toda la existencia oceánica forma parte de ti.
OSHO
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